lunes, 13 de diciembre de 2010

EZLN - Movimiento Zapatista

La fortuna nos sonríe cuándo la Plataforma de Solidaridad con Chiapas de Madrid nos da el aval para poder presentarlo al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas en San Cristóbal, Chiapas, México. Éstos nos enviarán al Caracol dónde pasaremos la Junta de Vigilancia y la Junta de Buen Gobierno, posteriormente seremos enviados a una comunidad zapatista para ejercer de observadores de Derechos Humanos.

Para poder contextualizar haré un brevísimo repaso a la historia reciente del movimiento zapatista y del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

El 1 de enero de 1994, día en que entra en vigor el TLCA (Tratado de Libre Comercio de las Américas) la ciudad de San Cristóbal de las Casas es tomada militarmente por el EZLN, un ejército compuesto por indígenas y algún chele, como su vocero más famoso, el Subcomandante Insurgente Marcos. El origen de éste alzamiento se remonta a 10 años atrás, cuando un grupo de indígenas, cansados de ser excluidos y marginados por el Estado de México y la sociedad mexicana, decide comenzar a crear un grupo de insurgentes para la liberación del pueblo indígena. Durante los diez largos años que transcurren entre su formación y el alzamiento de 1994, el EZLN se va formando en la selva y se va acercando a las comunidades, para escuchar a los pueblos indígenas y para hacerles saber de su lucha, de la lucha por los derechos de los pueblos indígenas. Así, poco a poco, pueblo e insurgentes van sintiendo que son lo mismo. Todo este proceso se llevó a cabo en la clandestinidad.

Para poder hacernos una idea de la exclusión y marginalidad que sufrían los indígenas basta con poner como ejemplo que los indígenas en San Cristóbal de las Casas se tenían que bajar de la acera cuándo un hombre blanco pasaba frente a ellos, o que eran (y son) desalojados de sus tierras por intereses de la empresa privada, de las Transnacionales, y sin poder decidir sobre ello.

Así pues, en 1994, tras diez años de escuchar y hablar con los pueblos indígenas de Chiapas, de trabajar la política en las comunidades, e ir formando estructuras (representantes, responsables locales, vigilantes, información…) llega un momento en el que el EZLN forma regiones, dónde se reúnen los responsables locales para coordinarse y elegir un responsable regional, así consiguen coordinarse todos los pueblos indígenas de Chiapas. Finalmente, en 1994 el EZLN se levanta en armas contra el gobierno de Chiapas y por ende contra el gobierno y el ejército de los Estados Unidos Mexicanos para reivindicar y conseguir que se respeten los derechos y la cultura del pueblo indígena. Debido a la superioridad militar de éstos, los zapatistas tienen que replegarse en las montañas y sufren una fuerte represión por parte del Ejército de México. La represión no es sólo ejercida sobre los insurgentes del EZLN sino también sobre las comunidades indígenas, es decir, sobre civiles, dónde se llegan a producir matanzas por parte del gobierno mexicano (Matanza de Acteal).

Su vocero más internacional, el Subcomandante Insurgente Marcos, hace llegar a través de los medios de comunicación el mensaje de su lucha armada y la intencionalidad de no parar hasta conseguirlo. Mientras el gobierno reprime a los zapatistas, civiles e insurgentes, ya sea a través del ejército mexicano o a través de las diversos grupos paramilitares formados con dinero del Estado, los zapatistas empiezan a llegar con su mensaje a la inmensa mayoría del pueblo mexicano y a la sociedad internacional, ambos se manifiestan tanto en México como en el resto del mundo pidiendo el alto al fuego tanto por parte del Ejército mexicano como por parte del EZLN.

La Comandancia General del EZLN, tras escuchar a los responsables regionales, éstos previamente habían consultado a los responsables locales y éstos a sus pueblos, deciden un alto al fuego unilateral y crean los “Aguascalientes”, que serán puntos de encuentro entre el EZLN y el Gobierno de México, y la sociedad mexicana e internacional para lograr la paz, siempre ligada al reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas.

Se da un largo proceso en el que se crean la CONAI (Comisión Nacional Intermediación) y el COCOPA (Comisión Concordia y Pacificación) para dialogar y elevar el diálogo a ley. Reiteradas veces el gobierno se burla del EZLN y de los indígenas, continúa con la represión, a pesar de haber asegurado que pararían, pero el EZLN firme en su determinación de escuchar al pueblo indígena, al mexicano y a la sociedad internacional, sigue adelante en su proceso de diálogo y paz. En 1996 se firman los Acuerdos de San Andrés, en San Cristóbal de las Casas, acuerdos que deben de ser elevados al rango de ley por el Congreso Mexicano. Estos acuerdos tipifican los derechos de los pueblos indígenas.

Para no extenderme obviaré detalles, el nuevo gobierno de Vicente Fox del PAN (Partido Acción Nacional) sigue sin respetar el alto al fuego, continúa con la represión militar y paramilitar a las comunidades zapatistas y el Congreso de México no aprueba los Acuerdos de San Andrés. Ante esta negativa, la Comandancia General del EZLN decide iniciar la Marcha del Color de la Tierra, dónde más de 2000 delegados partirán desde los diferentes puntos del país en una marcha hacia la capital para hacer oír sus peticiones, que se apruebe lo acordado. Tras mucha presión nacional e internacional el Congreso decide dejar intervenir a los zapatistas en el congreso, se esperaba que fuera el delegado cero (Subcomandante Insurgente Marcos) quién hablase, pero fue la Subcomandanta Esther, quién alzó la voz y reclamó que se reconocieran los derechos de los pueblos indígenas.

El gobierno hizo caso omiso y el EZLN, que continuó escuchando a los pueblos indígenas, a la sociedad mexicana y a la sociedad civil internacional, decidió seguir su camino por la vía pacífica. Así pues, el EZLN se retira de las comunidades y éstas crean los Municipios Autónomos en los territorios controlados, se suprimen los Aguascalientes como punto de encuentro entre los zapatistas y la sociedad mexicana e internacional y se sustituyen por los Caracoles, como punto de encuentro y diálogo entre los zapatistas, los mexicanos y los internacionales. A su vez, crean las Juntas de Buen Gobierno, obedeciendo al lema de “mandar obedeciendo”, éstas son la formas autónomas y alternativas de gobierno de las comunidades zapatistas, independientes del sistema democrático mexicano oficial. En estas juntas los zapatistas se turnan en el gobierno semanalmente, así pues, puedes ver gobernando a la comunidad a un anciano, un joven, ya sea niño o adolescente, y a un adulto. A su vez, se crean las Juntas de Vigilancia, que también son rotativas, para controlar el trabajo de los miembros de la Junta de Buen Gobierno. Dentro de los Municipios Autónomos, también se crean las Escuelas Autónomas.

Mientras los zapatistas inician un modelo de vida y organización autónomo al estatal para poder vivir el día a día según sus creencias (anticapitalistas, antipatriarcales, la horizontalidad, la equidad y varios principios más que van definiendo en su caminar), no dejan de preocuparse por el resto del pueblo mexicano y de la sociedad civil internacional, y en México crean La Otra Campaña como punto de encuentro del pueblo mexicano, de los organizados y los que no lo están, de todos aquellos que desde abajo y a la izquierda buscan cambiar el actual estado de la sociedad. Éste es el caminar en el que andan los zapatistas hoy en día, buscando un mundo en el que quepan muchos mundos.

Llegados a este punto creo que ya puedo explicar el porqué de nuestra participación como observadores de Derechos Humanos en las Comunidades Zapatistas. En Chiapas se vive una guerra de baja intensidad, los militares y los paramilitares siguen acosando, reprimiendo y en ocasiones asesinando a los indígenas zapatistas que luchan por una alternativa. Los internacionales observadores de DDHH jugamos un papel importante a la hora de poder reportar y denunciar las violaciones que presenciamos, a la vez que nuestra presencia ha sido disuasoria para ellos hasta este mismo año, en el que asesinaron a un observador internacional.

Después de presentar el aval que nos facilitó la Plataforma de Solidaridad con Chiapas de Madrid en el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, se nos hace una pequeña formación y se nos dan las instrucciones para llegar al Caracol. Nuestro trabajo como observadores es considerado como intrusión en asuntos de política interna por parte del Gobierno Mexicano y si nos agarran los militares o la policía seremos expulsados del país, y Chiapas es un estado militarizado. Llegamos al Caracol, nos recibe la Junta de Vigilancia que comprueba que somos quienes decimos ser y chequea nuestros avales, luego pasamos la Junta de Buen Gobierno a quiénes explicamos los motivos que nos han llevado allí y ellos nos dan las instrucciones a seguir para llegar a la comunidad en la que tendremos que ser observadores. A la mañana siguiente llegamos a la comunidad y empezamos nuestra convivencia con las bases de apoyo de los zapatistas. Por la seguridad de los compas no puedo relatar ningún detalle, pero sí que diré que aprendimos de su hacer y saber, que nos trataron con mucha atención, que nos demostraron lo mucho que aprecian nuestra labor y entendimos de la necesidad de continuar con los observadores de DDHH. Ciertamente, mientras estuvimos no pasó nada importante, pero a los días de irnos recibimos la noticia de que había habido una amenaza de fuego hacia los compas.

Abajo y a la izquierda, mandar obedeciendo y un mundo en el que quepan muchos mundos son algunos de sus lemas. Los zapatistas hacen la práctica y luego la teoría, es un movimiento del que tenemos mucho que aprender, son el origen del movimiento antisistema, antiglobalización, anticapitalista y que plantean una alternativa a nivel mundial.

Puesto que éste es un tema muy complejo, si alguien cree conveniente hacer alguna aclaración o corrección que no dude en hacerlo, se lo agradeceré.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Cuba: el sueño que me provocó insomnio

Mea culpa por haber justificado un régimen dictatorial, mea culpa por haber creído en la fábula de la revolución más allá de la liberación, mea culpa por haber ignorado el sufrimiento del pueblo cubano.

La revolución cubana de 1959, faro de la izquierda mundial, que hace tiempo dejo de iluminar, fue iniciada por un grupo de jóvenes románticos, seguidos éstos por una ola de romanticismo mundial. Se luchaba por la libertad del pueblo cubano y la verdadera justicia social para éste.

Sería injusto no reconocer todo lo bueno que la revolución cubana aportó y sigue aportando a éste pueblo, la reforma agraria, la educación y sanidad pública, gratuita y de calidad, la solidaridad de Cuba para con el resto de los pueblos de los países empobrecidos (becan a muchos jóvenes con escasos recursos de éstos países para que estudien en la isla), el fomento de la cultura y hasta los noventa, se aseguraba una alimentación básica para toda la población.

Con la caída del campo socialista en 1989, se inicia el “período especial” de la isla, y se empiezan a hacer evidentes las deficiencias de la postrevolución cubana, y las desigualdades que ésta crea entre su población. Obviamente, el bloqueo norteamericano, iniciado por Kennedy, y el apoyo de la Unión Europea a éste, obsesivamente incitado por José María Aznar, repercuten fuertemente en la situación económica del país.

Así pues, tenemos como principales motivos exógenos de la actual situación económica de la isla, el bloqueo comercial que obliga a Cuba a pagar los escasos productos importados de EEUU al contado, su mayor socio comercial, y el fin de la URSS, quién asistió e inundó la isla de productos y tecnología prácticamente regalados hasta los noventa.

Los motivos endógenos de la situación social y económica de la isla hoy en día, son varios, yo me centraré en cuatro o cinco puntos que asfixian a los cubanos.

El primero de todos es la falta de libertad. Cuba es una dictadura pura y dura, no existe la libertad de expresión, de asociación, de pensamiento, ni de información. Además, de otras muchas libertades como la de movimiento, el cubano que sale de la isla (y conseguirlo es toda una odisea) si no vuelve en once meses pierde su nacionalidad, los médicos y otros profesionales tienen prohibido salir la isla para evitar fuga de cerebros, ni tan siquiera de vacaciones. Un cubano no tiene la libertad de subir en su coche o invitar a su casa a un extranjero, por muy amigo suyo que sea, esto es delito y puede conllevar prisión. Un cubano, ni tan solo tiene derecho a ganarse la vida como él bien pueda, lo tiene que hacer en la ilegalidad, pues la iniciativa privada está prohibida. Un cubano no puede comer carne de res, está prohibida, sólo para embarazadas y enfermos, si te pillan matando una vaca, 20 años de cárcel. En definitiva, los cubanos no conocen lo que es la libertad.

El segundo motivo es la pretendida igualdad de todos los cubanos, que lo único que ha hecho es provocar más desigualdades. Un médico, una profesora de universidad, un obrero de la construcción, o una camarera tienen un sueldo similar, que ronda entre los 15 y los 20 dólares al mes. La cartilla de racionamiento solo proporciona alimentos para la primera semana del mes como mucho, luego hay que pagar 2 dólares por un litro de leche, 2 por una lata de atún, 2 dólares por un kilo de arroz, 1 dólar por una cola o una cerveza…y ya no hablemos de los precios de la ropa. Está más que claro que el sueldo que proporciona el estado, pues aquí todos trabajan para éste, es totalmente insuficiente para vivir. Así pues, el cubano tiene, como dicen aquí, que “inventar”, hay quien vende fósforos, quién chicles, hay quién repara bicicletas, quien vende tabaco, huevos, y hay quien vende su cuerpo al extranjero/a sin escrúpulos, dispuesto a aprovecharse de la miseria económica de un/a joven. En Cuba te encuentras odontólogos que han decidido dejar de trabajar porque ocho horas al día en un hospital por 15 dólares al mes y luego verte obligado a hacer horas inventando por ahí para poder vivir, pues ¿a quién le apetece? Es mejor trabajar cerca del turismo, como camarero, porque con las propinas se gana más que ejerciendo tu profesión. También nos encontramos con jubilados que después de 40 años de trabajo, tienen una pensión de 10 dólares y a sus 70 años se ven obligados a trabajar en las puertas de los baños para recoger propinas, o haciendo de camareros. También existen profesoras de universidad, que sin avergonzarse por ello, trabajan por las tardes limpiando baños públicos para poder tener algo que llevarse a la boca todos los días. Y ¿quién va a querer hacer de agricultor por 15 dólares al mes? Así pues, en la Cuba de los Castro no se recompensa ni se fomenta el esfuerzo, ni la superación, sino el sacrificio en vano.

El tercer motivo es la dualidad monetaria. En Cuba existen dos monedas, el peso cubano y el CUC, éste último como divisa para los extranjeros. Un CUC es aproximadamente un dólar o 24 pesos cubanos. Los cubanos ganan en peso cubano, pero tienen que comprar la mayoría de los productos en divisa (CUC), lo que mengua su poder adquisitivo una brutalidad. Si ganas 300 pesos cubanos y un kilo de arroz cuesta 1 CUC, es decir, 24 pesos… creo que no hace falta decir más.

El cuarto motivo, a mi modo de ver, es la lejanía de la visión de la realidad por parte de los adeptos al régimen, especialmente los del gobierno, respecto de la realidad del cubano de a pie, los trabajadores. Éstos últimos ya no pueden más, la situación debe de cambiar.

Enlazando con este punto, por una de esas casualidades de la vida, nos entrevistamos con un miembro del gobierno, por no meterlo en problemas guardaremos su anonimato, pero éste hombre que trabaja en las altas esferas de departamento financiero del gobierno, nos deja clara la visión de éstos: “Debemos de reformar la economía, pero lo demás está bien, y todo aquel cubano/a que maldice, no trabaja o ejerce de jinetero/a (eufemismo de puta), es porque es de moral débil”, esto demuestra que los dirigentes viven en una burbuja de cristal.

¿Cuál es la solución?

La solución la tienen todos los cubanos en la boca, quedarse con lo bueno del socialismo en el ámbito social, y adaptar lo bueno del sistema capitalista como modelo económico, sólo lo bueno, no la manera en que se aplica en occidente.

Desde fuera no debemos de apoyar a la extrema derecha cubana en Miami que solo busca la reconquista del poder económico en la isla. Y desde la izquierda, tenemos que dejar de ser tibios con el régimen cubano, pues la izquierda jamás puede apoyar una dictadura, del color que sea. Yo he pecado de esto último, porque no sabía más o simplemente porque me quedé en la parte romántica de la revolución.

Para acabar, en muchas paredes de la isla se puede leer: “Revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado y sentido del momento histórico”. Supongo, que no cabe más que decir que es el momento para una nueva revolución cubana, esta vez sin armas y dándole la voz y el mando a pueblo.

jueves, 28 de octubre de 2010

¿Y si ya no sirven?

¿Y si el Estado-Nación ya no sirve porque las fronteras se han difuminado? ¿Para qué unos gobiernos ficticios que legislan al antojo de los intereses empresariales, especialmente de las transnacionales (TNC’s), los amos del mundo?

Si nuestros políticos dejaron de representarnos para representar los intereses de las TNC’s, entonces no nos sirven, ni ellos, ni los parlamentos.

Si la reforma política, si el cambio o la alternancia, ya no parece aportar nada nuevo, debemos de convertir nuestros bonitos hemiciclos de roble en leña que funcione como la brasa que encienda el fuego de la revolución, entendida ésta como un cambio de las estructuras sociales y de poder.

Debemos de sacrificarnos para cambiar las cosas, y no hablo de violencia, ni de muerte, pues esa no es mi filosofía, hablo de tomar el poder. Es decir, cambiar las relaciones de producción e intercambio a través de nuestra mayor arma, el consumo. Redireccionando éste, y haciéndolo consciente cambiaremos las estructuras de poder, bajaremos a los amos de las TNC’s al terreno de la palabra, dejando a un lado el de la oferta y la demanda. Diremos la nuestra, qué queremos consumir, cómo se debe de producir y dónde queremos que vaya el porcentaje destinado al Fondo Social Común que todo producto aportará a la Economía Social.

Una vez recuperada la producción y el consumo local, responsable y equitativo, quizás podamos recuperar el juego de la política en el que nos sintamos capaces de ejercerla y no de obedecerla (mandar obedeciendo, como los zapatistas).

Para todo esto solo debemos de iniciar el despertar de lo común, de lo público y de la consciencia de pertenecer al todo. Este primer paso es el más importante y no es tarea fácil, pues nos enfrentamos al individuo-capitalista. Ahora tenemos a nuestro favor que hay muchos individuos que empiezan a formar un flujo de descontento y de inicio de sensibilidad social.